lleno de gratitud
Es la temporada de la gratitud, pero ¿qué sucede en nuestro cerebro cuando nos sentimos agradecidos?
En un estudio publicado el año pasado en Frontiers in Psychology, Glenn R. Fox, Jonas Kaplan, Hanna Damasio y Antonio Damasio de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles se propusieron utilizar fMRI para determinar los correlatos neurales de la gratitud (fMRI). resonancia magnética).
Antes de obtener imágenes de los cerebros de los participantes experimentales, el equipo tuvo que abordar un problema importante: diseñar una situación que generara gratitud en un entorno de laboratorio.
Para lograr este objetivo, los científicos recurrieron a las historias de los sobrevivientes del Holocausto conservadas en el Archivo de Historia Visual del Instituto de la Fundación del Holocausto de la USC. El archivo tiene más de 50,000 videos testimoniales, incluidas muchas historias que sobrevivieron gracias a la bondad de los demás. Fox y sus colegas seleccionaron una serie de historias en las que la vida del narrador fue salvada o ayudada por la provisión de comida, ropa o refugio que produjo un fuerte sentimiento de gratitud en el narrador. Trabajando con estudiantes de la Escuela de Artes Cinematográficas de la USC, el equipo de investigación creó un documental de 2 minutos de cada escena de la historia.
Los participantes del experimento vieron un documental para sumergirse en el período y se les pidió que imaginaran cómo se habrían sentido si hubieran estado en la misma situación y recibido el mismo regalo. A continuación, los científicos tomaron imágenes de los cerebros de los participantes. Primero se les mostraron las señales asociadas con cada documental, luego una «pantalla reflectante» de color azul claro que mostraron durante 12 segundos. Cuando los sujetos miraban la pantalla reflectante, se les pedía que sintieran de la forma más profunda y realista posible lo que sentirían en la situación descrita. Después del período de reflexión, los participantes también calificaron su gratitud.
Los altos niveles de gratitud se asociaron con la actividad cerebral en la corteza cingulada anterior y la corteza prefrontal medial, lo que respalda la hipótesis de los autores de que los correlatos neuronales de la gratitud incluyen regiones asociadas con la cognición moral, los juicios de valor y la teoría de la mente. Este estudio, aunque limitado por el hecho de que los participantes no recibieron el regalo ellos mismos, sino que simplemente imaginaron sus propias respuestas al mismo escenario, proporcionó la primera aproximación para determinar la base neural de la gratitud. Los hallazgos también «nos recuerdan que en la tragedia pueden existir actos de compasión, sacrificio y una profunda dignidad humana», concluyeron los autores.
Son estos actos de bondad, grandes y pequeños, los que nos ayudarán en los momentos más inciertos y en la vida cotidiana. Reflexionar sobre los «regalos» de la familia y la amistad que nos rodea, aunque sea por solo 12 segundos, puede ayudar a nuestros cerebros a darse cuenta de que tenemos mucho por lo que estar agradecidos.
¡Feliz día de acción de gracias!